Qué bueno cuando uno mira hacia atrás y se da cuenta de que ya no duele lo que antes dolía; que ya no te causa pena ni nostalgia ni angustia aquello por lo que tanto lloraste, aquello que tanto extrañaste.
Con los años, quizás sea eso, aprendemos a mirar con serenidad y con un leve tinte de sabiduría, el hecho de que las personas que alguna vez hemos amado no estén ya con nosotros; comprendemos sus razones, sus silencios... y también los nuestros; entendemos que a la larga la decisiones que tomaron o tomamos fueron las precisas para tener lo que en el presente tenemos.
Y, si la sabiduría nos acompaña más tiempo del que le permitimos, entonces sabemos que aquello que consideramos un error, que aquel paso que un día consideramos un equívoco, fue lo mejor que pudimos hacer.
Y que lo que quedó en el pasado, felizmente, está como tiene que estar: en su muerte necesaria.
martes, 22 de noviembre de 2011
lunes, 7 de noviembre de 2011
PARADOJAS
Me encantan estos tiempos de escepticismos e iluminación . Cualquiera escucha a unos de esos que aspiran a gobernarnos y no hay sorpresa cuando cambiando el canal refuta, en un tono que podría variar entre el hastío y la rabia, esto es pura mierda. Cualquiera oye a uno de esos que aspiran a mantenerse en el gobierno y sin que le queda nada por dentro el que lo escucha dice:: esto es purísima paja.. Pasa así con el que oye que ya se puede clonar a un ser humano o que los ricos se irán a vivir a Saturno cuando aquí lo que quede es silencio y humo.
Estamos en el mismo punto de donde partimos, o desde donde quisimos partir, con el mismo mazo entre las manos, con las mismas fieras acechándonos, con uno que otro logro, todos los días inventamos la rueda, pero aquí estamos, más desilusionados que nunca de la política, de los políticos y su mierda, de los avances y su mierda, aquí estamos, conscientes o no, hastiados o resignados de esa porquería que llamamos progreso...
No obstante, y aunque suene paradójico, hay algo que está cambiando. Al menos yo lo siento así. Debe ser que como al fin de cuentas todo es ENERGÍA, aunque todo esté en el mismo hueco de maldades, de guerras., egoísmos y absurdos, la Vida y su carácter indestructible, avanza hacia un estadio superior o una vaina parecida y nos lleva en ese ventarrón con ella.
Esta es mi cuarta copa de vino.
Hay nubes que no dejan ver el firmamento. Todo parece quieto.
Parece... porque en realidad, y por fortuna, todo se está cayendo.
Todo, a pedazo limpio, se está cayendo
Y aquí estoy yo desde el proscenio de este aparato circular de la existencia, esperando en el jardín.
Esperando a que caiga algo verdadero.
Quién quita un pedazo de la Luna...
Para agarrarlo y salir corriendo.
Estamos en el mismo punto de donde partimos, o desde donde quisimos partir, con el mismo mazo entre las manos, con las mismas fieras acechándonos, con uno que otro logro, todos los días inventamos la rueda, pero aquí estamos, más desilusionados que nunca de la política, de los políticos y su mierda, de los avances y su mierda, aquí estamos, conscientes o no, hastiados o resignados de esa porquería que llamamos progreso...
No obstante, y aunque suene paradójico, hay algo que está cambiando. Al menos yo lo siento así. Debe ser que como al fin de cuentas todo es ENERGÍA, aunque todo esté en el mismo hueco de maldades, de guerras., egoísmos y absurdos, la Vida y su carácter indestructible, avanza hacia un estadio superior o una vaina parecida y nos lleva en ese ventarrón con ella.
Esta es mi cuarta copa de vino.
Hay nubes que no dejan ver el firmamento. Todo parece quieto.
Parece... porque en realidad, y por fortuna, todo se está cayendo.
Todo, a pedazo limpio, se está cayendo
Y aquí estoy yo desde el proscenio de este aparato circular de la existencia, esperando en el jardín.
Esperando a que caiga algo verdadero.
Quién quita un pedazo de la Luna...
Para agarrarlo y salir corriendo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)